Foto de portada: Anastasia Zhenina.
Introducción
El ladrillo caravista es aquel que se fabrica para ser colocado sin recubrimiento tanto en exteriores como en interiores de la edificación. De distintos tamaños y colores en función de los materiales y aditivos empleados, puede tener además de su función estructural una función decorativa. Se caracterizan por tener tres de sus caras (un canto y dos testas) especialmente lisas y presentables, dado que son las caras que quedan a la vista una vez colocado. (Wikipedia)


Es un material resistente al paso del tiempo y de muy bajo mantenimiento, el cual a su vez tiene buenas propiedades de aislamiento acústico debido a su elevada masa. La tecnología actual permite la fabricación de paneles de ladrillo caravista de grandes dimensiones, que son fabricados en taller y ensamblados en obra con el empleo de maquinaria de elevación.
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Tipos de ladrillos caravista:
- Ladrillo refractario: que se utiliza en chimeneas y hornos.
- Ladrillo esmaltado: con sus caras vistas esmaltadas en color, por razones decorativas.
- Ladrillo aplantillado: la tabla no es rectangular sino moldeada con una forma que permite realizar molduras.
Las dimensiones del ladrillo caravista pueden ser de varias medidas:
- 20x10x04 cm.
- 24x12x05 cm.
- 20x10x03 cm.
- Etcétera…
Colocación
En primer lugar echaremos una base de hormigón totalmente horizontal, para que haga de zapata del muro caravista que vamos a construir. El espesor, la anchura y el armado, dependen de la altura que le vayamos a dar a dicho muro.
También se suele colocar sobre un perfil metálico fuertemente sujeto a una estructura de hormigón.
Antes de nada, calculamos la longitud de ladrillo a colocar para cuadrar y acabar la hilera con ladrillo entero. ( O medio). Dándole la longitud del ladrillo más la junta que suele ser de un centímetro. Cuando tenemos algunas tiradas largas podemos engañar reduciendo o ampliando las juntas entre sí para encajar la longitud a la perfección. Así pues marcamos con el lápiz todas las juntas en el soporte.
Una vez tengamos el soporte preparado donde apoyar nuestro muro, empezaremos con la colocación de maestras. Sujetamos las maestras de manera que nos estorben lo menos posible durante la futura colocación. Pueden ser reglas metálicas, tablas o reglas de muelle.
Cuando tenemos colocadas las reglas, procedemos a marcar las líneas de acabado de cada hilera de ladrillo. El ladrillo más común suele tener en torno a 5cm de espesor, por consiguiente nosotros cogeremos este ladrillo como ejemplo.
Marcamos con el lápiz las alturas de acabado de cada fila de ladrillo, como hemos comentado. Empezamos a 6 cm desde el suelo o soporte y de manera totalmente horizontal. 5 cm del ladrillo más 1 cm de junta. Así seguimos marcando todas las hileras que vamos a colocar cada 6 cm en las maestras que hayamos presentado. Por último colocamos un fino cordel de marca a marca en la primera junta.
Hacemos un mortero de cemento con arena fina. No tiene que estar ni muy duro ni muy blando. Tiene que ser una masa homogénea y fácilmente trabajable.
Aplicamos con una paleta el mortero en la primera fila, tanto como para colocar 4 o 5 ladrillos. Más no al principio porque el mortero empieza a fraguar, dificultando la adherencia y el enrasado a la altura. Ya iremos cogiendo el equilibrio entre aplicación y colocación. Colocamos los primeros ladrillos al cordel, golpeando suavemente el ladrillo con la paleta hasta colocarlo y asentarlo enrasado a la cuerda. Vigilamos constantemente las juntas entre ladrillos para ver si se corresponden con lo que hemos marcado. Cuando acabemos la primera fila, cambiaremos el cordel a la segunda.
Empezamos con medio ladrillo o en una escuadra para que quede a matajunta. Aplicamos el mortero rellenando las juntas de la fila anterior además de la base para la siguiente hilera. Así vamos formando el muro caravista paso a paso.
Cuando tengamos un tramo colocado y el nivel de fraguado del mortero sea el adecuado, arreglamos las juntas con un hierro, quitando el sobrante de mortero y limpiando lo que hayamos ensuciado de ladrillos.
Seguimos sucesivamente con la colocación sistemática, repitiendo constantemente la operación, manteniendo nuestra atención en todas las fases descritas, hasta acabar con el muro de ladrillo caravista.
Para finalizar con la colocación, limpiaremos minuciosamente toda la pared de ladrillo. Hay diferentes métodos de limpieza y diferentes productos desincrustantes que nos facilitan el trabajo.
También tenemos placas de ladrillo caravista para hacer chapeos. En vez de colocar un ladrillo macizo, colocamos una placa de ladrillo caravista totalmente decorativo y queda maravillosamente bonito. Aunque conlleva riesgos si no se pega bien.


Conclusión
Por último decir que podemos dar rienda suelta a nuestra imaginación y creatividad a la hora de colocar el ladrillo caravista. Tenemos infinitas formas de colocación y se pueden ver obras preciosas de grandes albañiles.


Gracias por aprender a construir.
» Encontré Roma como una ciudad de ladrillos y la dejé como una ciudad de mármol.»
Augusto, primer emperador del imperio romano. -63 -14 a. C.